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Mostrando entradas de 2007

La luna y las estrellas

Promesas falsas, incumplidas, rotas. Palabras más, palabrás menos. Lo cierto es que parte de la estrategía masculina para conseguir de las mujeres una relación, sin especificar de que tipo, es la típica promesa de bajarle la luna y las estrellas. No, por supuesto que no es literal, aunque pudiera haber algunos obvios y bastante cínicos; por lo general los hombres incurren y recurren a frases "hechas" y acciones romanticas que tienen vigencia y esta termina al conseguir lo que se han propuesto. ¿Cuántas de nosotras no hemos escuchado "eres la mujer de mi vida", "te querré aunque estés viejita y arrugada" o "eres más hermosa que la luna"? ¿Cuántas no nos preguntamos que fue lo sucedió que de pronto las flores, las serenatas o las cenas romanticas disminuyen o incluso desaparecen? Por desgracia, y esto le sucede al humano en general, aquello que nos cuesta trabajo es lo que más valoramos. Es por lo que nos esforzamos día con día, es lo que agra

Adolescentes al volante.

La adrenalina aumenta con la velocidad, mientras uno maneja a 50km por hora puede ir pensando en algunas otras cosas además del volante, a veces del trabajo, a veces de la vida personal. Se puede frenar tranquilamente al llegar al alto o encontrarnos con un tope de esos que surgen de la noche a la mañana, podemos evitar que un accidente no sea fatal, pero a 120 en plena avenida citadina, es un locura, un reto a la muerte, no sólo aquella que algún día nos alcanzará, sino aquella que podemos llegar a provocar. Pero no hay límites, ni prudencia. No importan los letreros que señalan la máxima de 60km/h, cuando un chico, sobre todo adolescente toma el volante de un automóvil, incluso la posibilidad de convertirse en un arma letal se olvida. La adolescencia es una época de rebeldía para la gran mayoría de las personas. Época en la cual creemos que no seremos juzgados; no digo que todos los adolescentes sean inconscientes, pero si es una edad en donde el riesgo de caer en actos extralimit

Animalitos del campo

Como fauna en celo hemos visto a los representantes del pueblo pelearse en más de una ocasión. Primero los federales, demostrando falta de respeto al recinto donde trabajan, pero además a cada ciudadano que voto por ellos; luego los estatales, quienes no se quedan atrás, ni en Tamaulipas ni otros Estados; dejarles los reflectores sólo a los de San Lázaro no es posible, tanto que los de aquí una vez se convirtieron en noticia nacional, lo peor es que ni originales son y de imitadores no pasan. Original y significativo hubiese sido que utilizaran el poder de las palabras para exigir los acuerdos razonados, necesarios y hacer cumplir la ley según sus peticiones. Pero no, eso sería una sorpresa, en cualquiera de los dos niveles, estatal o federal. Prevalecer la ley, el orden y la representación que invisten no es para ellos; no sé para qué el sueldo que perciben y los bonos que se “ganan” con el sudor de su trabajo, seguro para otra cosa. Seguramente muchas veces las votaciones no privi

Los hombres no tienen imaginación

Hace unas tardes, de esas en las que no se tiene mucho que hacer, ni mucho que ver, prendí la tele en uno de esos programas de “investigación artística”, en donde por supuesto, sólo hay chismes y críticas a la vida de los famosos, sin darle demasiada importancia si quiera al mérito de sus carreras. Cuando para mi sorpresa, muy agradable por cierto, me toco ver a la Sra. Susana Alexander en el sillón de la simulada sala, siendo entrevistada acerca de un nuevo espectáculo de comedia en donde ella acompañada de textos de varias mujeres, conocidas y desconocidas, hablan sobre como las mujeres siempre queremos más y de cómo los hombres no pueden dárnoslo, en más de un aspecto. No voy a hablar más sobre esto, pues no he tenido la fortuna de ver el espectáculo, aunque sepamos que Alexander es garantía en todo lo que presenta, y si ella dice que no sólo es divertido, sino además, pedagógico para los varones, segura estoy que así es. Pero, ¿será cierto aquello que le escuche decir sobre que “